El titular que deshizo el apoyo de BV a Suso Garzón en 1987

Jesús Garzón y Benigno Varillas en una reunión en 2007.

A veces un titular imprevisto echa por tierra toda una labor de apoyo bienintencionada. Fue el caso de este artículo, publicado por Benigno Varillas en la última página de contraportada del diario El País, con fecha de  7 de marzo de 1987.

Estaba Suso acosado por algunos políticos de la Junta de Extremadura que le querían quitar del cargo de director general de Medio Ambiente y decidí escribir un artículo que dejara claro quién era y en qué medida se le apoyaba desde el entonces más poderoso medio de comunicación de España.

Salir en “la última” del diario El País en los años 70 y 80 consagraba al que fuera tratado como un héroe y mandaba al infierno al que se le desvelara como un villano.

Cometí la torpeza de redactar un subtítulo demasiado largo y cuando tocó maquetarlo la redactora que estaba de guardia, quitó el que yo había escrito y puso otro que al día siguiente fue blandido en una reunión de consejeros de la Junta de Extremadura diciendo, “veis, hasta El País afirma que Garzón no vale para político”, ignorando lo que yo escribí en el texto, con lo que en lugar de servirle el salvavidas para que no le hundieran, le dio en toda la cabeza y lo acabó de hundir del todo.

No digo que el cese de Garzón fuera culpa mía, y ni siquiera de la redactora (Quina Prades) a la que se le ocurrió el subtitulo en ausencia mía, cuando yo ya me había ido de la redacción y ella se quedó de guardia para ayudar a los maquetistas a encajar los textos si faltaba o sobran alguna línea o palabra para ajustar la maqueta.

Quina redactó el subtitulo “Un ecologista que no vale para político” como un piropo, en el sentido de que aún quedaran en este mundo personas tan íntegras que no servían para las luchas intestinas que se traen los políticos para acceder al poder. Pero la brevedad de la línea permitía otra lectura, de que Suso no servía, literalmente. He aquí el texto:


Jesús Garzón Heydt

Un ecologista que no vale para político

Benigno Varillas, Madrid, 7 de marzo de 1987.

“El nombramiento de Jesús Garzón como director general del Medio Ambiente de Extremadura fue recibido en el movimiento ecologista como la más clara manifestación de la voluntad del PSOE de asumir la filosofía de protección de los recursos naturales. Año y medio después de ocupar su cargo, Garzón, conocido por su espíritu indomable, ha presentado su dimisión. La burocracia y las malas artes de algunos políticos le tienen maniatado y su esperanza de que algo cambiara en la gestión de la naturaleza parece frustrarse. La Junta de Extremadura, no obstante, ha rechazado su dimisión

Este hombre de 38 años, que eleva su mirada de niño inocente por encima de los 1,80 metros, es la única persona cuya opinión ha sido siempre acatada por los cientos de grupos de defensa de la naturaleza. Su gran experiencia de campo hace que su voz se imponga en las tumultuosas asambleas y congresos de los conservacionistas. Por algo es el naturalista más legendario de Europa. Así se le reconoció en el homenaje que le hizo la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), organización que agrupa a 58 Estados y más de 500 entidades no gubernamentales, en su último congreso, en agradecimiento por su tenaz protección de la naturaleza ibérica.

La figura mítica de Garzón nació cuando Félix Rodriguez de la Fuente transcribió en una de sus obras de divulgación el, en sus palabras, “único estudio serio sobre el lince, de enorme valor, escrito por el joven naturalista Jesús Garzón Heydt” Era el año 1971, poco después de que Garzón hubiera abandonado la facultad de Biología de Madrid para estudiar la naturaleza en el campo. A partir de entonces, las águilas, los osos, los buitres, los linces, los urogallos fueron sus maestros, junto con la gente del campo, pastores, artesanos y tramperos. De Pirineos a Doñana, de los Ancares a Gredos, del mar Cantábrico a los montes de Toledo, no quedó espacio de valor ecológico que no fuera hollado por Garzón.

Su paso del estudio de la naturaleza a la lucha por la conservación ocurrió en 1975. Estaba elaborando un informe para la UICN sobre la fauna de lo que hoy es el parque natural de Monfragüe, en Cáceres, un valle en el que pululan más de 300 especies de vertebrados. Un día, la paz de los bosques de encinas y madroños se vio interrumpida por atronadoras máquinas excavadoras que de buenas a primeras comenzaron a roturar aquellas sierras para plantar ecucaliptos.

Garzón inició una intensa batalla para salvar un espacio natural, objetivo que consiguió al cabo de tres años. Este éxito no fue ajeno a su nombramiento como director general del Medio Ambiente poco después de que los socialistas llegaran al poder en Extremadura. El político que fue capaz de convencer a Garzón para que abandonara su envidiada libertad y se sentara en un despacho fue Juan Serna, consejero de Obras Públicas, que hace siete meses dimitió de su cargo por su oposición a las centrales nucleares. La noticia de que el hombre que se pasaba la vida correteando por las sierras y los llanos, durmiendo bajo las estrellas, acechando al lobo o siguiendo el rastro de la nutria iba a encerrarse entre cuatro paredes provocó sorpresa. “Merece la pena”, repetía Garzón a los incrédulos, “es como luchar a caballo después de haberlo hecho toda la vida a pie”. Casi dos años después, Garzón comienza a dudar de que las caballerías de la Administración sepan galopar”.

(Citado de: https://elpais.com/diario/1987/03/07/ultima/542070009_850215.html )


Tampoco fue muy afortunado el título que le pusieron a la entrevista que poco antes sacó en la revista “Natura” Teresa Vicetto, redactora en plantilla de dicha revista en aquellos años, a la vez que directora editorial de la revista Quercus y artífice de la versión española de la genial revista El Cárabo, publicación que traduce del original francés La Hulotte, obra de Pierre Dèom, desde 1982, que este año de 2024 llegará en España a su número 100 gracias a la tenacidad de esta periodista, que a pesar de los pocos naturalistas que la conocen, la sigue sacando trimestre a trimestre dado el incalculable valor de esta obra maestra de la divulgación de la naturaleza . (Ver: https://www.elcarabo.com)

No era la primera vez que Teresa Vicetto sacaba a Suso Garzón en la revista “Natura“. Suya fue también la información de la foto adjunta, en la que contaba la entrevista que Jesús Garzón y otros dirigentes del movimiento ecologista mantuvieron en 1984 en el Palacio de La Moncloa con el entonces presidente, el socialista Felipe González, pidiéndole que pararan las destrucciones que ocasionaba el Ministerio de Agricultura con las excavadoras que aterrazaban los montes españoles para cultivar en ellos pinos y eucaliptos para las industrias papeleras y las de los tableros de conglomerado.

Teresa Vicetto y Jesús Garzón en un congreso de naturalistas, celebrado en La Granja de San Idelfonso, Segovia, en 1984.